Image and video hosting by TinyPic

Datos personales

jueves

QUE TE PASÓ HOMERO SIMPSONS?


Me gustan Los Simpsons! Muchas veces me siento identificado con alguno de los personajes de la serie, y a veces con todos al mismo tiempo. Las situaciones que se presentan son tan cercanas a la realidad de todos, que es difícil que alguien no se haya sentido incomprendido como se ha sentido Lisa Simpson, por citar un ejemplo.
Hace unos días, veía un capitulo de Los Simpsons y me llamó mucho la atención porque como nunca antes me sentí identificado con Homero. Pareció como si Matt Groening me conociera y hubiera tomado algunos rasgos de mi comportamiento y los usara con Homero. No recuerdo el título del capítulo en cuestión, pero más o menos esta era la situación: Había un partido de Fútbol (americano) entre los equipos de Springfield, la ciudad donde viven los Simpsons, y su ciudad archirival Shellbelvy (espero que esté bien escrito…) Al ser un juego de tanta importancia, como era de esperarse, se acabaron todas las taquillas. Homero, fiel fanático del fútbol, al verse en tal aprieto decide usar su ultima opción. ¡¡Homero clama a Dios!! Y le dice: “¡¡Por favor Señor ayúdame a poder conseguir taquillas para el juego!!” Justo había terminado Homero de hacer su oración, cuando Net Flanders, el fantabulosillo vecinillo de los Simpsons toca a la puerta. Homero abre y Flanders le dice “Homero, aquí tengo dos taquillas para ir a ver el juego…”, a lo que Homero responde:
“¡¡NOOOO!!!” y cierra la puerta violentamente.¿…?

No me canso de leer y estudiar el Padre Nuestro. Pienso que la mejor forma de hacer algo bien, es seguir paso a paso el modelo que tienes de eso que quieres hacer. La oración de Jesús inicia reconociendo a Dios como Señor de todo, inicia con una adoración. Inmediatamente después, lo que viene es una actitud que caracterizó toda la vida de Jesús, la sumisión total al Padre: “Venga a nosotros tu reino, sea hecha tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra…”
¿Cuántas veces no le hemos pedido cosas a Dios con toda la fe, convencidos totalmente de que El nos esta oyendo y actuará a favor de nosotros? ¡¡¡Y El actúa!!! Pero muchas veces nos hemos comportado como Homero.
Todo el que ha visto la serie sabe que Net Flanders no le cae bien a Homero. ¿Por qué? Bueno no sé, creo que me perdí ese capítulo. Pero, retomando el tema, Homero le había pedido algo a Dios que el anhelaba. Dios se lo había contestado inmediatamente; pero había un pequeño detalle. Y es que la contestación de Dios no iba de acuerdo a los gustos de Homero. He tenido ese mismo problema muchas veces, la mayoría de las personas tienen ese problema muchas veces también. Pedimos cosas y queremos que sean como por arte de magia, que sean en el momento en que nosotros pensamos es el más correcto, se nos hace casi imposible aceptar un “espera” como respuesta, y mucho menos un “NO”.

Peor aún, a veces recibimos respuesta de Dios, y como no es acorde a lo que teníamos en mente, cerramos nuestras puertas molestos porque no sucedió como esperábamos diciendo que Dios no nos escucha, que Dios no nos atiende. En algún momento hemos actuado como Homero, teniendo a Dios como nuestra última opción; cuando Dios que nos ama tanto debería ser el primero en enterarse por nuestras propias bocas de nuestras necesidades.
Cuando uno se acerca a Dios, debe hacerlo en los términos de El, no en los de uno mismo. Debe someterse uno a la voluntad de Dios y así también someter las peticiones.
Aprender a que si uno pide que “Venga tu Reino” es entendiendo que uno es súbdito, no rey.
Dios sabe porque estás donde estas ahora, por qué estás metido en esas circunstancias que exprimen tu vida, tu gozo. Lo más inteligente es decirle en oración: “Por favor Señor, muéstrame tu propósito, cumple Tu propósito en mí.” Dios siempre ha contestado todas las peticiones que se le han hecho, es demasiado caballero como para no hacerlo. El punto aquí es: ¿qué tan dispuestos estamos nosotros a recibir respuestas en los “términos de Dios”?

1 comentario:

Victor Cabrera dijo...

Excelente análisis, ha ilustrado de muy buena manera una situación real que creo que a todos nos ha sucedido, y realmente, muchas veces nos hemos visto como Homero.

¿Cuantas contestaciones a mis oraciones y bendiciones he dejado pasar? Una pregunta para meditar....
Dios le bendiga!